jueves, 22 de septiembre de 2011

Día 5: Phoenix

21 de septiembre de 2011

Hoy hemos pasado la noche en un pueblo de California llamado Palm Desert.



El Cadillac está muy bien, pero consume gasolina que es una pasada. Menos mal que el litro viene a salir a 55 céntimos.


Palm Desert, como su nombre indica, es un desierto, en el que han construido una gran urbanización y tiendas y hoteles.


Pusimos camino a Phoenix.


Carreteras en línea recta e interminables. Atravesamos el desierto de Sonora. Los remolinos de arena, eran constantes.


Entrando en Arizona.


Y Por fin aparece Phoenix.


Phoenix es una gran avenida de unos 17 kilómetros de largo, rodeado de edificios y casas. En una parte de la avenida, esos edificios son rascacielos. Es un lugar de mucho turismo entre los americanos, ya que dispone de buen clima todo el año, a parte de muchos campos de golf. Pero para alguien como nosotros, tampoco tiene mucho que ver.


Es la ciudad poblado de Estados Unidos donde más suben las temperaturas. Hoy hemos alcanzado los 40 grados a las 6 de la tarde.




Otra cosa buena del Cadillac, es que protege bien del sol.


Una de las cosas más curiosas de Phoenix, es el cactus saguaro. Llega a alcanzar 10 metros de altura y es común del desierto de Sonora. Estos cactus pueden llegar a vivir 200 o 300 años.



Se calcula que para crecer 1 metro, necesita unos 30 años en óptimas condiciones de sequedad y luz. Este de la foto calculo que mide unos 4 metros. Por lo tanto, supongo que rondará los 100 años.


A las puertas del rancho.



Es todo desierto. No creo que me acostumbrase a vivir aquí.


Montse sola por el desierto de Sonora.



Al fondo, Phoenix y su avenida.





Las casas se mimetizan con el desierto. Si no te fijas, no las ves.








Estos es el Shouth Mountain Park, uno de los parques urbanos más grandes del mundo. Aunque el único mérito ha sido que han puesto calles al desierto.






Lo bueno de este lugar es que te puedes hacer una idea de como era el salvaje oeste, y como lo pasarían los vaqueros sobre sus caballos tragando polvo y asándose de calor.




Este es el castillo misterioso. Una casa echa a base de botellas y otros materiales reciclados. Cuando llegamos estaba cerrada.


Atardecer en el desierto.



Como no se nos ocurría mucho más que hacer por allí, pusimos rumbo a Las Vegas y nos encontramos con la Ruta 66, así que hicimos unos kilómetros por ella. Nos hemos quedado a dormir en un hotel de la ruta 66 en un pueblo llamado Seligman, Arizona. 





La habitación un poco antigua, pero muy amplia. Buenas noches.

3 comentarios:

  1. Es muy curioso ir conduciendo por el desierto y ver esos pequeños remolinos de viento y arena jugueteando por zona no peligrosa para nosotros, lo jodio es que justo el día anterior por la noche habían puesto un programa de tornados destructivos e iba yo con el culito prieto por si acaso aparecía uno de esos.

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  2. y no hay bolas de paja rollo "silencio incomodo" ?
    a cuantos km/h os poneis por esas megacarreteras???

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  3. sí que hay bolas, jejeje. La verdad es que la velocidad está muy restringida con lo cual no superamos nunca los 120 km/h

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